Aunque el ambiente en todo el país por el día suele ser agradable, las noches de octubre suelen ser, y lo están siendo, más bien frías. Estos cambios de temperatura bruscos del mediodía a la tarde, hace que sintamos la necesidad de tener la casa caldeada.

Si disponemos de calefacción, encenderla para un rato, suele no ser muy rentable ni eficiente, pero utilizar la chimenea nos puede generar un calor en las estancias donde normalmente estamos por la tarde y, además, la sensación del primer encendido, la generación de un ambiente agradable, además de cálido.

Hasta aquí, la realidad y el deseo… pero, ¿tenemos a punto nuestra chimenea para que funcione correctamente? ¿La hemos limpiado correctamente? Una chimenea limpia favorece una buena combustión y por lo tanto un calor más eficiente y más seguro.

Como la poda de los árboles, la limpieza de las chimeneas es mejor realizarla ahora en otoño cuando comienzan los primeros fríos… y, para eso, octubre es el mes ideal.

Aunque en España no es obligatorio, a diferencia de otros países europeos, la seguridad y un calor más eficiente, deben ser requisitos para limpiar, al menos una vez al año, nuestra chimenea.

Normalmente, este tipo de trabajo lo suelen hacer profesionales que limpian los conductos y la propia chimenea, pero también nosotros mismos podemos tener un mínimo de mantenimiento que hará que la chimenea caliente más y mejor. Para ello os damos una serie de recomendaciones:

  • Que la calidad de la leña sea buena. Hace unos meses os recomendamos qué tipos de leña utilizar.
  • Si la calidad de la leña es buena se ensucia menos rápido, si no la capa de hollín crecerá
  • Siempre hay que usar leña seca.
  • Importante: no acumuléis cenizas de encendidos anteriores
  • Utilizar un cepillo para limpiar las paredes y la placa del tiro.
  • También se debe utilizar un liquido especial a base de amoniaco para el cristal si la chimenea es cerrada.
  • Conviene, en estos primeros días utilizar un tronco deshollinador. En el mercado dispones de variedades más o menos ecológicas que limpian la chimenea penetrando en el hollín y el alquitrán.

Si mantenemos este mantenimiento y el deshollinador nos viene de forma periódica cada año o dos años (dependiendo del uso que le demos a la chimenea) nuestra chimenea será una fuente de calor natural y segura.

Y, recuerda: para iniciar ese primer fuego (y los siguientes), prepara varios troncos de leña pequeños para colocar inicialmente en tu chimenea. Luego, colocar los grandes… y ya solo queda disfrutar del calor más natural y de una estupenda tarde de octubre en casa.