Como ya os avanzamos en otro artículo, nos hemos incorporado a la Federación Europea CEFACD con el objetivo de trabajar de forma conjunta en la promoción del sector de calefacción por biomasa y aunar esfuerzos en la defensa de los intereses de nuestro sector, de cara a la revisión inminente de la legislación sobre ecodiseño y etiquetado energético.

Este mismo mes AEFECC ha presentado ante la Comisión Europea su adhesión a los comentarios presentados por CEFACD en su feedback de referencia F3446867.

Esta revisión, que puede llegar a situar a los equipos de calefacción local de combustible sólido y a otros dispositivos no pertenecientes a bombas de calor, por debajo de la letra D, plantea una seria amenaza para la viabilidad y competitividad de los equipos de calefacción local con combustible sólido, que desempeñan un papel importante en muchos hogares y comunidades en nuestro país. 

Estos dispositivos, que utilizan una variedad de combustibles sólidos como leña o pellets, han demostrado también ser eficientes y respetuosos con el medio ambiente, así como paliar el complicado momento económico que atraviesan muchas familias. Según la  Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA) la biomasa podría representar el 60% del uso de energía renovable total en 2030.

La introducción del nuevo etiquetado energético ha generado preocupación dentro del sector, tanto en España como en el resto de Europa. 

Actualmente, la percepción del consumidor sobre la eficiencia energética es un factor crucial en la toma de decisiones de compra, y una calificación por debajo de la letra D podría llevar a una disminución en la demanda de estos sistemas de calefacción, incluso si está debidamente argumentado y justificado que son tecnológicamente avanzados y respetuosos con el medio ambiente.

No dudamos de que en el marco de un mundo cada vez más consciente de los desafíos ambientales, la revisión de la legislación de ecodiseño y etiquetado energético se presenta como un paso crucial hacia la construcción de un futuro más sostenible. Y que son herramientas poderosas para guiar a los consumidores hacia elecciones más ecológicas. 

No obstante, el éxito de estas medidas radica en que efectivamente se adapten a la realidad en soluciones eficientes y diversidad de mercado, y que además se adapten a las diferentes condiciones climáticas, capacidad energética y necesidades regionales. Lo que puede ser una solución adecuada en un entorno puede no serlo en otro. Por lo tanto, la legislación debe reconocer y permitir la adaptación de tecnologías según las características específicas de cada región.  

Además, es fundamental garantizar la participación activa de los sectores afectados en el proceso de revisión. La diversidad de perspectivas y conocimientos es esencial para garantizar que las regulaciones resultantes sean equitativas, realistas y efectivas.  La legislación debe ser un catalizador para la innovación y la verdadera sostenibilidad y no una barrera para el progreso.