“En chimenea cerrada…” ni entran moscas ¡ni sale frío!

Las chimeneas son un elemento fundamental en muchos hogares, especialmente en regiones donde el invierno es riguroso. Sin embargo, el buen funcionamiento y la eficiencia de una chimenea dependen en gran medida de sus componentes, entre los cuales las puertas juegan un papel crucial.

Las puertas de la chimenea son esenciales para regular el flujo de aire, preservar la eficiencia energética y proteger la estructura de la chimenea de posibles daños.

En este post queremos incidir en la importancia de mantener cerradas las puertas de la chimenea también cuando no está en uso, y cómo esto puede beneficiar a tu hogar.

Eficiencia energética y ahorro en costes de calefacción

Una de las principales razones para mantener cerradas las puertas de la chimenea cuando no está en uso es la eficiencia energética.  Las puertas abiertas permiten que el aire caliente del interior de la casa se escape a través de la chimenea.  Esto no solo reduce la temperatura interior, sino que también obliga a su sistema de calefacción a trabajar más para mantener el hogar cálido, incrementando así sus costes de energía.  Al cerrar las puertas, se sella el conducto de la chimenea, reteniendo el calor dentro de la casa y manteniendo una temperatura más estable. Esta simple acción puede traducirse en un ahorro significativo en la factura de calefacción.

Prevención de corrientes de aire y entradas de aire frío

Además de la pérdida de calor, las puertas abiertas de la chimenea también permiten la entrada de aire frío desde el exterior. Esto puede crear corrientes de aire indeseadas que no solo disminuyen la temperatura interior, sino que también pueden causar malestar para los ocupantes de la casa.  Si evitamos las corrientes de frío conseguiremos un clima interior más estable, que seguramente […]