¿Hablar de leña para la chimenea en agosto? Sí, claro. Estamos en uno de los mejores meses para adquirir la leña que utilicemos en invierno en nuestra chimenea. La mejor leña es la que está ya muy seca. Por eso, comprando por volumen y ahora en agosto, cuando todavía hay tiempo para que incremente la demanda, seguramente estaremos ahorrando tiempo, dinero y asegurando que la leña esté en perfectas condiciones cuando necesitemos utilizarla. Pero, ¿Qué tipos de leña compro? ¿Cuál es la diferencia entre ellas? ¿Cuánta cantidad adquiero?

EXISTEN DOS TIPOS DE LEÑA

Antes de ver los tipos de leña, recordad que la leña buena es la seca. Luego, podemos hablar de, básicamente,  dos tipos de leña: la leña blanda y la dura. La la leña blanda es perfecta para crear llama y que se encienda mucho más rápido el fuego. El roble, el cerezo o el fresno son ejemplos de este tipo de leña. Este tipo de madera se consume más rápido por lo que para mantener el fuego es menos duradera y a la larga, menos económica.

La leña dura tiene más durabilidad y mayor capacidad calorífica, por este motivo, se considera de mejor calidad. Como ejemplo de leñas duras tenemos el almendro, el olivo, la encina, el roble, el naranjo y la haya.

Para chimeneas que producen un gran fuego con mucha luz, la leña de roble, el fresno o la acacia son ideales.

SOSTENIBILIDAD Y LEÑA DE PROXIMIDAD

Una cuestión medioambiental que debemos tener en cuenta es el aprovechamiento de la biomasa existente en nuestra zona. Consumir  los tipos de madera más abundantes y característicos de nuestro territorio hará que su coste sea menor que el de adquirir leña de otras regiones más alejadas, y, además, estamos contribuyendo a un consumo responsable y sostenible ya que mantenemos cuidados nuestros bosques y evitamos el coste del transporte.

Por ejemplo, las chimeneas del sur de España deberían optar por la encina. Es el mejor combustible y muy cotizado por su poder calorífico; el olivo también es una buena alternativa en la zona.

En el norte predominan el roble y el haya. Aunque cada vez se busca más tener reserva de encina, considerada la reina de las leñas.

El olivo y el naranjo son los más demandados en Levante. Su olor, durabilidad y poder calorífico son perfectos para chimeneas y, un secreto: para cocinar arroces.

Por último, tras esta recomendación de maderas para vuestras chimeneas, os dejamos una selección “gourmet” compuesta por diversos tipos de leña: abedul, por su corteza blanca; haya, arce o frutales, por el gran calor que generan; fresno y roble, para crear un fuego vivo y crepitante.

Resumiendo, la encina, por ejemplo, es un tipo de madera dura abundante en la mayor parte de nuestro territorio, salvo en la zona de Cantabria. El naranjo se encuentra principalmente en Cataluña, Valencia, Andalucía, Extremadura, Murcia y Gran Canaria. La leña del olivo y del almendro también son muy buenas opciones fáciles de encontrar en muchas zonas. Por otra parte, el roble, la haya y el alcornoque destacan en zonas mucho más húmedas con abundante lluvia como el área cantábrica, el Sistema Central y los Pirineos.

¿COMPRO POR PESO O POR VOLUMEN?

¿Cuánta leña compro?, ¿lo hago por volumen o por peso? Lo más aconsejable suele ser comprar por volumen, ya que el peso implica una variación muy grande y algunos tipos de leña pueden pesar más incluso habiendo poca cantidad.

En el caso de los leños de coníferas, el gas que se crea en su interior, al calentarse busca el camino al exterior y esto puede provocar una explosión que lance astillas prendidas a varios metros, algo a tener en cuenta en chimeneas abiertas.

Os recordamos que siempre os recomendamos las chimeneas cerradas. Su rendimiento calorífico es superior al de las abiertas y los combustibles optimizan el consumo de calor de manera más eficiente.