Ante la crisis de abastecimiento energético y el alza de los precios de la luz y el gasoil generada por la guerra en Ucrania y la distribución del mercado eléctrico, la Asociación Española de Fabricantes de Estufas (AEFECC) quiere destacar los beneficios económicos y ambientales de un gran olvidado en el mercado español de la energía: la leña y el pellet.

“En un país como España, con más del 50% de superficie de bosque y matorral, tenemos un gran recurso energético desaprovechado, la leña. Su aprovechamiento puede suponer una alternativa importante al consumo de gas y electricidad en los hogares como fuente de suministro de calor para nuestros hogares”, señala el presidente de AEFECC, Carlos Olivan.

Además de contribuir a una mayor autonomía y diversificación energética en un momento en el que la crisis en Ucrania ha desequilibrado los precios de la luz y el gasoil, ya de por sí disparados, el uso de la leña también puede contribuir a disminuir la carga de vegetación seca e inflamable en nuestros bosques y por tanto ayudar a prevenir incendios. Esto es vital en un contexto de subida de las temperaturas, olas de calor y periodos de sequía prolongados, que hacen que matorrales y vegetación seca de los bosques abandonados sean altamente combustibles.

El uso de calderas y estufas incluso puede constituir una práctica de economía circular, disminuyendo la generación de residuos y el impacto ambiental y generando empleos locales en torno al aprovechamiento de productos forestales no maderables (pequeñas maderas, piñas, púas) y fabricación de pellets. “La evolución técnica de estufas y calderas de leña permiten hacer un uso más eficiente de la misma, reduciendo los impactos ambientales de la combustión e incrementando la eficiencia energética en el almacenaje y la propagación de calor”, pone de manifiesto Oliván.

Aunque actualmente, el consumo de leña y pellet ni siquiera está contemplado en los balances energéticos de los planes nacionales de energía (que centran sus balances en la energía eléctrica, nuclear, renovable, gas, petróleo y carbón), su uso se ha mantenido durante décadas en el mundo rural, tanto en primeras como en segundas viviendas. “Esto lo saben bien en la España vaciada”, destaca Oliván, quien pone de manifiesto que “la biomasa favorece la independencia energética, tanto de los países como de los hogares, garantizando una fuente de energía renovable, menos contaminante, en el caso de los nuevos equipos que cumplen la normativa europea de “Ecodiseño” y tan duradera. Con la nueva normativa en vigor puede haber un ahorro de hasta un 40% en leña y emisiones cercanas al cero.

La escalada de precios del gas para 2022, según diversos estamentos, se situará por encima del 60% respecto de los días anteriores a la invasión de Ucrania. Los gobiernos de España y Portugal han presentado una propuesta preliminar a la Comisión Europea para establecer un precio de referencia para el gas de 30 euros el megavatio con el fin de abaratar el precio de la electricidad.

Frente al alza de los precios del gasoil, el gas y la electricidad, el precio de la leña de encina o de roble se mantiene desde hace tiempo entre los 0,13 €/kg y los 0,18€/kg e incluso, “como decimos muchas veces, si uno vive en zonas rurales, puede incluso tener acceso gratuito a la leña, por lo que la opción de la calefacción a través de chimeneas o estufas de leña sigue siendo la más económica”, destaca el presidente de AEFECC, Carlos Oliván.

 

LA CALEFACCIÓN, EL GRAN GASTO ENERGETICO DE LOS ESPAÑOLES

La calefacción supone el 47% del consumo energético de los hogares españoles. En viviendas unifamiliares, que suponen el 35% del parque inmobiliario del país, esta proporción del consumo energético en calefacción puede elevarse al 64%.

La utilización de la Biomasa y especialmente la leña, supone un consumo ecológico, que impulsa el desarrollo en entornos rural y que no requiere procesos industriales de transformación, “consumes lo que recoges en el bosque, por poner un ejemplo”, afirma Oliván.

En Austria, por ejemplo, la chimenea de leña, cerrada y erficiente, es la principal fuente de calefacción en los hogares, con una cuota de más del 50%.

Por eso desde AEFEEC se echa en falta un mayor apoyo a la reutilización del excedente de los bosques y los incentivos a la sustitución de sistemas de calefacción provenientes de energías fósiles por estas más ecológicas, como son las chimeneas de toda la vida.

En Francia, por ejemplo, el mercado de chimeneas aumentó en un 80% entre 2002 y 2006 gracias a un incentivo fiscal del 50% sobre la compra de un aparato de calefacción a leña que superara los 65% de rendimiento térmico.

Ahora, la subvención en Francia es del 30%  más un IVA reducido de 5,5% para chimeneas o estufas de bajas emisiones contaminantes y de más de 70% de eficiencia energética.