- Un estudio reciente afirma que la superficie verde del planeta ha aumentado en 36 millones de kilómetros los últimos 33 años
- La emisión de dióxido de carbono (CO2) procedente de combustibles fósiles sirve de alimento para las plantas
- AEFECC estima que el uso de biomasa como fuente de energía reporta múltiples beneficios para el medio ambiente y un ahorro considerable en gasto en calefacción
La Asociación Española de Fabricantes de Estufas, Chimeneas y Cocinas para Combustibles Sólidos (AEFECC) aplaude el uso de la energía verde frente a otros sistemas que conllevan manipulación industrial y fuentes no renovables. La utilización de biomasa forestal como fuente energía para producir calor reporta diversos beneficios que contribuyen a la sostenibilidad del medio ambiente.
Un estudio reciente en el que han participado investigadores del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) afirma que la tierra es ahora más verde que hace 30 años gracias al CO2. La revista Nature Climate Change ha publicado los resultados de esta investigación, que reflejan un ascenso significativo de la cantidad de biomasa verde en un 40% del territorio del planeta entre 1982 y 2015.
Según este estudio, uno de los principales motivos del aumento de masa forestal verde es el efecto fertilizante que produce el dióxido de carbono (CO2) en las plantas. Más concretamente, al aumento de este gas originado por el consumo de combustibles fósiles. Y es que el incremento de CO2 conlleva que las plantas puedan obtener más alimento para su proceso de fotosíntesis y generen así más hojas. De esta forma, se frena también el efecto invernadero por la acumulación de CO2, ya que éste es consumido por las plantas. Sin embargo, este efecto fertilizante es limitado y se debe tener en cuenta que el aumento de plantas y árboles implica la necesidad de otros recursos también necesarios para su crecimiento como agua y nutrientes.
Por otra parte, éste y otros numerosos estudios alertan del peligro que conlleva para el planeta la emisión en exceso de CO2 a la atmósfera ya que es una de las causantes del cambio climático y sus efectos negativos para el planeta.
En la pasada Cumbre sobre el Cambio Climático celebrada en París se habló sobre la importancia y necesidad de encontrar un equilibro entre las emisiones y la capacidad de absorción de esos gases, así como de la importancia de impulsar la utilización de energías fósiles de manera sostenida para evitar la llamada “paradoja verde”(las subvenciones impulsan el uso de energías renovables, éstas compiten con petróleo, gas, etc. y por tanto su valor y su demanda crecen. Esto conlleva más consumo y más emisiones, lo que es opuesto a la intención inicial de incentivar su consumo).
Además de contener el efecto invernadero, existen otros muchos efectos positivos derivados de la utilización de biomasa como fuente de energía. En España hay 27 millones de hectáreas de bosque, de las cuales solamente se utiliza el 36,5% de la biomasa que producen y dos tercios de las hectáreas de bosque aprovechable quedan cada verano a merced de los incendios.
AEFECC considera que aumentar el uso de sistemas de calefacción con biomasa contribuye a la prevención de incendios ya que, en la mayoría de las ocasiones, la falta de limpieza en zonas forestales tiene consecuencias devastadoras. Aprovechar esta madera sobrante cumpliría una función múltiple: cuidar y mantener los bosques, servir como combustible natural, eficiente y económico y aumentar la superficie boscosa en un ciclo de retroalimentación mediante el dióxido de carbono.
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