Aún es tiempo de limpieza de chimeneas. El frío ya nos ha abandonado definitivamente y el comienzo del verano es aún una época para aprovechar para limpiar la chimenea. Pero, ¿qué tenemos que hacer?

Lo primero de todo es abandonar la idea de que es una operación «sucia» y costosa. Con los actuales equipos y las técnicas más actuales que se utilizan, la efectividad, la limpieza y la seguridad son una garantía a la hora de realizar un limpieza de chimenea.

Hablamos de «limpieza» pero todos tenemos en la cabeza el verbo deshollinar, pero ¿por qué tenemos que llamar a unos deshollinadores?

  1. La combustión de leña, carbón o pellets genera calorías, pero también suciedad y residuos en forma de hollines, alquitranes o sulfatos. Y éstos permanecen tanto en el aparato de calefacción como en el conducto de evacuación de humos. Por eso deshollinar es fundamental para evitar incendios ya que con el deshollinado se quitan los vitrificados, se evita la acumulación de depósitos que puedan inflamarse en la chimenea y propagar el fuego a toda la vivienda
  2. Para evitar las intoxicaciones, ya que en un conducto excesivamente sucio, los gases no se evacúan correctamente, y suponen un peligro para la salud. El gas incoloro e inodoro, que resulta de un proceso de combustión incompleta, se puede convertir en un peligro
  3. Además, un conducto sucio disminuye su vida útil. La pérdida de rendimiento es del 7% al 8% por cada milímetro de depósito  de hollines
  4. Para preservar el medio ambiente. Las concentraciones importantes de hollín en un conducto o una chimenea, además de perjudicar su buen funcionamiento favorecen el riesgo de contaminación de la atmósfera. Una instalación adecuadamente mantenida contribuye a mejorar la calidad del aire que respiramos.

¿Cuándo tengo que limpiar la chimenea?

Lo mejor es limpiar la chimenea una vez al año. Si usamos la chimenea de manera esporádica, solo los fines de semana y cuando hace mucho frío, con limpiarla cada dos años es suficiente, pero no hay que dejarlo pasar más.

¿Cómo realizar el deshollinado?

Si se lleva a cabo desde el tejado, el método tradicional, y últimamente en desuso, se deben utilizar los llamados «erizos» que incluyen dos anillas en las que se sujetan una cuerda por un lado y un contrapeso por el otro. Un aspirador especial recoge el hollín que va cayendo.

Se lleva a cabo desde el hogar de la chimenea, el método básico más utilizado en la actualidad, los erizos de acero se enroscan a unas cañas telescopicas compuestas por diferentes tramos de metro y medio o dos metros hasta conseguir la longitud total del conducto. Estas «cañas flexibles» permiten pasar por los codos que pueden encontrarse en el conducto. Un aspirador, conectado a un captador en la parte inferior del conducto o chimenea, recoge el hollín que va cayendo.