Los equipos actuales han de seguir un proceso de diseño y fabricación estricto, acreditado bajo la Marca CE, sujeto a una serie de pautas para conseguir que el disfrute del calor natural y máximo confort sea siempre con la máxima seguridad. El Marcado CE certifica el cumplimiento de los requisitos mínimos relacionados con la seguridad y es un requisito imprescindible legal para que se pueda comercializar un producto en la Unión Europea.
Según un estudio publicado por la Fundación Mapfre, los aparatos productores de calor en general causaron entre el 25% y el 30% de los incendios con víctimas mortales en edificios en nuestro país durante los años 2012 y 2013. (Fuente Víctimas mortales en España 2012 y 2013, publicado por Fundación Mapfre) En los últimos años, con la intrusión de gran número de aparatos que no cuentan con Marcado CE ni cumplen la ley, esta tendencia va al alza.
Adicionalmente, contar con una estufa, una chimenea, o una cocina con Marcado CE, asegura que el aparato cumplirá las condiciones estipuladas para un buen funcionamiento controlando las emisiones nocivas al ambiente así como asegurando una eficiencia de operación adecuada. El marcado CE de estos productos, en el marco de la Directiva 89/106/CE de Productos de Construcción, se estableció en la Comunicación de la Comisión Europea 2005/C 139/03 (DOUE 8.6.2005), transpuesta a nuestro Derecho interno por la Resolución de 9 de noviembre de 2005 (BOE 1.12.2005).
Su entrada en vigor con carácter obligatorio se produjo el 1 de julio de 2007 (así lo estableció la Resolución de 13 de noviembre de 2006, de la Dirección General de Desarrollo Industrial publicada en el BOE del 20 de diciembre de 2006 en aplicación de la Comunicación de la Comisión Europea 2006/C 134/01).
Sin embargo, el número de incendios en edificios provocados por aparatos que cuentan con Marcado CE es despreciable, y normalmente no son provocados por el funcionamiento del propio aparato sino por causas ajenas al mismo.