Además del encanto natural que ofrece una chimenea y el calor de las llamas, ¿sabías que una chimenea es una gran alternativa como sistema de calefacción para tu hogar? Desde AEFECC, nuestros expertos nos explican cómo se aprovecha el calor que produce una estufa o una chimenea de leña y cuáles son sus ventajas.

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Las chimeneas y estufas de leña son una fuente de energía natural, sostenible y económica que, no solo te permite disfrutar del calor y belleza del fuego a su alrededor, sino que las técnicas actuales proporcionan soluciones eficientes de instalación para utilizar este calor en toda la casa o bien como sistema adicional.

 ¿Cómo se aprovecha el calor de una estufa o de una chimenea?

En primer lugar, para diseñar y dimensionar una estufa o chimenea de leña, debemos plantearnos si ésta va a ser un complemento al sistema de calefacción del hogar o si pretendemos que sea la única fuente de calor de la vivienda.

Estufa o chimenea como complemento, ideal para disfrutar y rebajar la factura de calefacción

Si en nuestra casa disponemos de suelo radiante o de radiadores alimentados con una caldera de combustible fósil (gas o gasoil), instalar una estufa o chimenea de leña será la opción perfecta si queremos disfrutar de la hipnótica visión del fuego y, además, reducir nuestra factura de combustible. Otra de las ventajas de esta alternativa es que pondremos nuestro granito de arena particular a la utilización de energías renovables.

En este caso, no debemos elegir una estufa o chimenea demasiado grande. Se trata de escoger el tamaño adecuado que nos permita disfrutar del fuego de leña en la zona de la vivienda donde más tiempo pasen sus habitantes y conseguir así una temperatura de confort que evite la demanda del uso de la calefacción habitual.

Así, si hacemos vida en la zona de estar y en la cocina y calentamos estos espacios, el termostato de la calefacción de la vivienda no se disparará, el exceso de calor generado en estos espacios se repartirá de forma progresiva hacia las zonas de la vivienda dedicadas a dormitorio y a final de mes notaremos el ahorro en la factura de la calefacción.

Estufa o chimenea como única fuente de calefacción

Si queremos ir más allá y que nuestra estufa o chimenea de biomasa sea la única fuente de calor en la vivienda necesitaremos distribuir el calor que vaya a generar por todas las estancias. Así, si la distribución de la casa lo permite, podemos ubicar la estufa o chimenea de leña en un emplazamiento que favorezca la distribución natural del calor generado por toda la casa.

En el caso de viviendas de dos plantas, esto podemos conseguirlo ubicando el generador de calor bajo un distribuidor del piso superior o bien cerca del hueco de la escalera.

En aquellas viviendas donde la distribución de las estancias dificulta el reparto de calor, tendremos que recurrir a sistemas de distribución forzada de aire mediante turbinas con conductos aislados similares a los de un sistema de aire acondicionado y tener en cuenta también el retorno de este aire.

Acerca de la calefacción por agua

Las chimeneas de biomasa, bien sea leña o pellet, también sirven para calentar agua. Es lo que llaman chimeneas calefactoras. En este caso se puede calentar el agua destinada a los radiadores o agua caliente sanitaria (A.C.S.).

Eso sí, ante esta alternativa nos enfrentamos a un reto de instalación, ya que hay que conectar nuestra chimenea o estufa con una instalación de fontanería. En este punto recomendamos combinar la experiencia de su punto de venta e instalador de estufas y chimeneas con la de un fontanero profesional.

En ocasiones, podemos encontrar profesionales del sector de las chimeneas con gran experiencia en fontanería, ahí tendremos garantía de éxito.

Acerca de la temperatura de confort

No debemos olvidar que la temperatura ideal para dormir se encuentra entre 17 y 22º C y que incluso algunos estudios indican que dormir a una temperatura entre 15 y 17 grados puede reportar beneficios para la salud.

Si bien no hay una opinión unánime y definitiva sobre esta cuestión, desde AEFECC podemos atrevernos a decir que la temperatura de confort en los dormitorios puede situarse alrededor de los 19-20 ºC, grado arriba, grado abajo; mientras que en la zona de estar buscamos temperaturas ligeramente más elevadas en torno o por encima de los 22 ºC en invierno.